"ODIARÁS AL OPRIMIDO Y AMARÁS AL OPRESOR"
Estamos viviendo una persecución
política como hace mucho tiempo no se vivía en la Argentina. El macrismo se
despliega como un régimen dictatorial sin escrúpulo alguno. Se despiertan los
monstruos del pasado: presos políticos, estigmatización mediática, represión, desapariciones
forzadas. Ahora se suma la censura nefasta contra los profesores y profesoras,
maestros y maestras de nuestras escuelas al querer abrir el debate y la
reflexión de nuestra lamentable realidad sociopolítica. En estos momentos se
están realizando violentos allanamientos masivos contra los movimientos
populares y diferentes organizaciones sociales.
Es sorprendente
la adhesión irreflexiva de una parte de la población al defender este accionar
gubernamental. Sucede que la eficacia de los
medios de comunicación es rotunda: generando una amnesia masiva que coloniza
subjetividades, rompiendo los lazos con el pasado, imposibilitando el
pensamiento crítico de nuestro presente e impidiendo la reflexividad sobre
nuestro futuro. Se reduce así la conciencia colectiva de lucha a un cúmulo
inerte de moralismos individuales, pero coordinados por un establishment
comunicacional que proclama sin rodeos su axioma esencial: ODIARÁS AL OPRIMIDO
Y AMARÁS AL OPRESOR.
LLueven así los insultos hacia la
figura de Santiago Maldonado, el Pueblo Mapuche y hacia los jóvenes militantes en
general. Cuando el conflicto gravita sobre otros actores como los profesores y
maestros se cumple la misma lógica. Se construyen discursos destinados a
horadar y estigmatizar a determinados actores o grupos de actores sociales para
justificar su exclusión, o más radicalmente, su exterminio.
Ahora bien muchos se abstendrán
de defender abiertamente al gobierno, por lo que se limitarán a desacreditar la
causa de la lucha popular o simplemente abrazarán la neutralidad, una
neutralidad siempre cómplice del status quo a favor de los dominadores. Citarán
mil veces el caso de desaparición de Julio López, sin conocer en profundidad
aquel caso y desconociendo por cierto que su propio hijo, Rubén López, acompañó
el acto de Cristina Fernández de Kirchner en el relanzamiento de su campaña Unidad
Ciudadana ayer en La Plata.
LA UNIVERSIDAD EN EL SIGLO XXI: La
responsabilidad de entender el presente
Los medios de comunicación, por
su efecto de inmediatez y fugacidad, producen una trivialización del
sufrimiento humano a favor de los grupos de dominación y en detrimento de las
minorías violentadas. Estos fenómenos acontecen en el ahora de nuestro tiempo y
en el acá de nuestra región. ¿Qué responsabilidad tenemos como estudiantes de
la universidad pública? Como expresa De Sousa Santos: la universidad es la
institución que une el presente y el pasado, con el futuro a mediano y largo
plazo a través de la generación de conocimientos transformadores, creando un
espacio privilegiado dedicado al debate abierto y crítico de las ideas (2015).
Hoy nuestras instituciones del
saber están en crisis, atravesando una fase de transición paradigmática sin
precedentes. Ante tal panorama se propone un proyecto educativo emancipatorio
orientado a combatir la trivialización del sufrimiento, recuperando la
capacidad de asombro y de indignación, orientada a la conformación de
subjetividades inconformistas y rebeldes. En definitiva, se busca formar un
sujeto epistémico que tenga la capacidad de comprender y transformar su propia realidad.
Los tiempos actuales así lo exigen.
Adonay Alaminos
Comentarios