EL DIARIO CLARÍN Y SU COMPLICIDAD CON LOS GOLPES DE ESTADO - Ensayo sobre Poder Mediático y Subjetividad
Hoy 24 de marzo, la memoria viva del pueblo muestra las marcas de la tortura y del dolor, revela las cicatrices inflingidas en aquellas épocas oscuras en la que los infames reinaban y ejecutaban el asesinato organizado. Pero una de las cosas que más estremece es la porción civil que avaló los actos de la barbarie. Es que no hay golpe militar que se sostenga sin la complicidad de un sector social que justifique su accionar. Toda dictadura necesita un brazo civil que consienta la masacre y un aceitado conjunto de mecanismos mediáticos que transmita el relato de los opresores. Por eso toda dictadura necesita hacerse de dispositivos que tengan la capacidad de edulcorar la crueldad de una realidad marcada por el horror. Es preciso entonces reflexionar sobre el papel que tuvieron y tienen actualmente los medios de comunicación hegemónicos en la elaboración de una narrativa que se enraiza en los imaginarios populares y colabora con la política del exterminio.
¿Cuál es el efecto de los medios de comunicación sobre las subjetividades? ¿Cuáles son los entramados del poder que moldean sus objetivos? ¿Qué es el poder mediático? ¿Cuáles sus mecanismos y de qué manera afectan las interpretaciones de los acontecimientos? ¿Constituyen meros reproductores de los hechos o constituyen genuinos productores de violencias individuales y colectivas? Estas son las preguntas que me llevaron a investigar la complicidad del Diario Clarín con los Golpes de Estado en América Latina, en el marco del Seminario sobre medios, subjetividad y violencias de la Facultad de Psicología[1], enfocándome en la cobertura informativa que el Diario realizaba sobre el Golpe de Estado en Bolivia a partir del 10 de noviembre de 2019, para a partir de allí establecer relaciones significativas con los hechos sucedidos el 24 de marzo de 1976 en Argentina.
Adonay Alaminos
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Sobre las palabras y las cosa
Ya que parece imposible llamar a las cosas por su nombre,
gobernantes y empresas periodísticas de por medio,
podría hacerse una lista infinita de cómo deberían nombrarse
ciertas cosas en cumplimiento de semejante regla lingüística.
Si un golpe de Estado no es tal y, en cambio, se lo nombra por ejemplo
como una “situación de inestabilidad política”, la miseria podría describirse
como una “situación de precariedad callejera”, al hambre un “estado provisorio
de carencia estomacal”, a la precariedad de las escuelas “pisos y techos
momentáneamente desvencijados”, a las protestas en Chile como un “deseo
iracundo y desordenado de mayor prosperidad”.
A mí me gusta, humildemente, llamar las cosas por su nombre,
en nombre de las cosas que pasan, que duelen, que conmueven,
y que no pueden ser adulteradas.
La estafa del lenguaje es la estafa del lenguaje.
La caricatura del mundo es la caricatura del mundo.
Y la vida es, siempre, la vida que no se mata, la vida que puede seguir viviendo.
Carlos Skliar
escritor, pedagogo y filósofo argentino
INTRODUCCIÓN
“En el mal hay una falta de relación,
de vínculo y de deseo entre el victimario, llamémosle torturador o represor o
asesino y la víctima”
Isidoro Berenstein
Nuestro
trabajo de análisis se centra en un grupo de noticias del Diario Clarín sobre
su cobertura informativa relacionada con el Golpe de Estado cívico-policial-militar consumado en Bolivia, hecho que entró
en agenda el domingo 10 de noviembre de 2019, en el que el presidente Evo
Morales comunica su renuncia ante la presión de las fuerzas armadas y
policiales, causando una importante y amplia repercusión tanto a nivel regional
como internacional, ocupando la primera plana de los principales diarios del mundo.
Retomamos para nuestra labor de
análisis las discusiones teóricas y prácticas sobre las nociones de discurso,
comunicación y Mass media, en relación a una concepción de sujeto atravesado
por una multivocidad de sentidos en un entramado socio-cultural y
económico-político determinado. Entendemos así el fenómeno discursivo como un
portador de sentido que conforma los complejos procesos dinámicos
comunicacionales, asentados en soportes materiales y tecnológicos, atravesados
por conflictos de poder, de intereses e ideologías, los cuales determinan su
finalidad (Zecchetto, 2006, p. 255).
Si bien constituye una noticia de alto
impacto que se mantuvo en agenda durante un tiempo considerable debido a la
gravedad de los sucesos, decidimos
acotar el análisis a un breve periodo que abarca desde el domingo 10 de
noviembre de ese año, el momento en que Evo Morales comunica su renuncia y que
por lo tanto materializa el Golpe, hasta el viernes 15 del mismo mes, en el que
se informan sobre los primeros asesinatos por parte de las fuerzas militares a
partir de órdenes directas de la autoproclamada presidenta Janine Añez.
Decidimos trabajar con noticias del diario Clarín porque representa un medio de consumo masivo y con gran llegada a distintos sectores de la sociedad, pero por sobre todo debido a su postura “negacionista” del Golpe de Estado perpetrado en 2019 en Bolivia, reduciéndolo a una mera situación de “crisis social y política”, postura que relacionaremos a las coberturas informativas que realizó el mismo diario sobre el Golpe de Estado del 76’ en la Argentina. Nos proponemos así analizar y describir el tratamiento periodístico del diario Clarín en tanto estrategia comunicativa de construcción de sentidos hegemónicos, ofreciendo reflexiones acerca del fenómeno comunicacional en el contexto socio-cultural y económico-político actual.
ACERCA DEL DIARIO CLARÍN
Analizaremos
en primer lugar algunas características con respecto al diario Clarín, donde resulta
esencial tener en cuenta los intereses políticos, comerciales y financieros de las
compañías que producen las noticias y
las consecuencias que tienen a nivel cultural y social. Como afirma Zecchetto
(1986) “La información y los medios masivos dependen de hombres y de grupos ya
ubicados en un sistema económico y socio-político” (p.67). El Diario Clarín es
una empresa multimedia que comenzó como medio gráfico formando parte de un
grupo multimediático más grande (Grupo Clarín), el grupo empresario de medios
de comunicación más grande de la Argentina, poseedor de múltiples diarios, canales
de televisión y dispositivos de radiodifusión, donde siempre han mantenido
estrechas relaciones con los distintos gobiernos de turno, tanto a favor como
en contra de los mismos.
Es
importante tener en cuenta que el contenido y la forma en que Clarín produce
estas noticias no se relacionan solo con el objetivo de transmitir información
a la sociedad o conseguir un beneficio comercial, sino que además siguen
lineamientos políticos y económicos del grupo en el que está inserto. Lo que
buscan estas lógicas empresariales es crear mensajes con un contenido común “absorbiendo
y atenuando las diferencias o contradicciones de clase y deteniéndose tan sólo
en el límite extremo de la tolerancia media del público más amplio posible”
(Martín Barbero, 1988, p.54).
En
efecto, como destaca Thompson (1998), el nacimiento de las principales
corporaciones telecomunicacionales estuvo históricamente ligado a los intereses
económicos y lineamientos ideológicos de las clases dominantes. En ese sentido,
en los últimos años se ha producido una elevada concentración monopólica de los
servicios audiovisuales. Una situación que fue simultánea al progresivo desmantelamiento
de los sistemas públicos en base a los criterios globales de desregulación de
los servicios de telecomunicación a favor de las iniciativas empresariales
privadas. Como expresa Mattelard (1998):
“Este
nuevo marco global de pensamiento empresarial ha hecho deslizarse el centro de
gravedad de las negociaciones internacionales acerca del flujo de datos
inmateriales hacia la cúpula del poder tecnopolítico. Este desplazamiento
oculta otro: el desplazamiento de la misma definición de <<libertad de
expresión>>. [Donde] la libertad de expresión de los ciudadanos se halla
directamente en competencia con la libertad de expresión comercial”
(p.94).
La visibilización de este entramado económico y
político resulta fundamental a la hora de entender el contenido de las
representaciones y la construcción de sentido que realizó el diario Clarín
frente a los acontecimientos que sucedieron en Bolivia, donde hasta la fecha del
15 de noviembre de 2019, ya se habían registrado 23 asesinatos a manos de las
fuerzas armadas y policiales, además de cientos de heridos y detenidos.
GOLPE DE ESTADO EN BOLIVIA
La noticia entra en agenda el domingo 10 de noviembre de 2019 donde se informa la renuncia de Evo Morales, donde Clarín presenta una volanta que resalta la cantidad de años de ejercicio en el cargo del mandatario, por sobre otras dimensiones que fueron las causantes materiales de la renuncia, como la sublevación de las fuerzas armadas y policiales, donde efectivamente, el comando de las Fuerzas Armadas le “sugieren” renunciar.
Nota de Clarín – 10/11/19
El CEPR es un prestigioso centro de investigación con base en Washington, fundado por los economistas Dean Baker y Mark Weisbrot en el que incluye en su Junta Consultiva a dos premios Nobel de Economía como Robert Solow y Joseph Stiglitz. El principal argumento de la OEA para reclamar que se repitan las elecciones fue “el cambio drástico y difícil de explicar en la tendencia de los resultados preliminares [del conteo rápido]”. Sin embargo, sostiene el informe del CEPR, “la misión no proporcionó evidencia sustentando estas declaraciones que sugieren que el conteo rápido podría ser incorrecto o ‘difícil de explicar’”. Los investigadores del Centro estadunidense muestran que la mayor parte de los señalamientos de la OEA se hacen sobre el escrutinio provisorio y no sobre el oficial, que se inició poco después y no se interrumpió en ningún momento.
Lo que explica el “cambio de tendencia” que tanto preocupó a la OEA no es otra cosa que el fuerte contraste entre el voto ciudadano y el voto rural. Las preferencias en los centros urbanos, donde crece la participación de los sectores medios y altos, son menos favorables a la figura de Evo Morales que en los territorios campesinos, el área más vulnerable socioeconómicamente de la que él mismo proviene. Lógicamente, las actas de las urnas ciudadanas llegan a los centros electorales antes de las que provienen de los apartados sectores rurales. De allí surge la consistencia de la tendencia proyectada desde el comienzo mismo del conteo, que muestra la paulatina y permanente ampliación de la diferencia entre Morales y Mesa, hasta llegar al 10,5 final. Sin embargo, el Diario Clarín omite sistemáticamente estas investigaciones y sigue sosteniendo la versión parcial de la auditoria de la OEA, desligitimando así un proceso eleccionario en donde el escrutinio final confirmó la victoria de Evo Morales en primera vuelta.
SUPERESTRUCTURAS
IDEOLÓGICAS
Observamos así como los procesos
psicosociales que se desenvuelven en el contexto del capitalismo actual tienen
un importante factor de revestimiento ideológico. Según Marx, la alienación
económica es el origen del resto de alienaciones sociales que determinan las
superestructuras globales. Pero, irónicamente, en las formaciones sociales
avanzadas las leyes económicas han entrado en el corazón mismo de la ideología.
De esta manera, se entiende como “los medios masivos de comunicación han
convertido la ideología en una fuerza material preponderante” (Muñoz, 1989,
p.111).
Efectivamente, como expresa Muñoz (1989), a
partir de la Primera Generación de la Escuela de Frankfurt puede afirmarse que
la pseudo-cultura es la superestructura ideológica de nuestro tiempo. Por lo
que, a partir de la denominada teoría crítica, se afirma su orientación hacia
la crítica dialéctica de la economía política. El punto de partida de la teoría
crítica es por tanto el análisis del sistema de la economía de intercambio:
desocupación, crisis económica, militarismo, terrorismo y las condiciones
concretas de las ciudadanías.
Es posible entender de esta forma, como las corporaciones mediáticas, responden más a los intereses de sus conglomerados monopólicos multinacionales, antes que a los ciudadanos a quienes prestan su servicio. Se pretende así monopolizar el discurso y reproducir y distribuir toda una serie de prejuicios organizados que mantienen el denominado status quo de la sociedad, siempre a favor de un pequeño grupo minoritario de élites, en detrimento de las grandes mayorías vulneradas, principalmente por el despliegue de un sistema económico injusto que genera desigualdad y un deterioro generalizado de sus condiciones concretas de existencia. Efectivamente, “para la teoría crítica no existe la asepsia comunicativa ni cultural. En el mercado de la cultura, se dirimen en la actualidad estas contradicciones del sistema. Las superestructuras ideológicas son así las encargadas de mantener la correlación de fuerzas a favor de los grupos concentrados de poder económico” (Muñoz, 1989, p.135).
A partir de estos aportes podemos comprender
con mayor precisión el juego de fuerzas geopolíticas y macro-económicas que
atraviesan los acontecimientos que culminaron en el Golpe de Estado en Bolivia.
Un medio de comunicación hegemónico como el Diario Clarín, está de esta manera
alineado a todo un entramado de poder tanto comunicacional como económico que
configura una red de sentidos que tienden a producir y reproducir violencias de
carácter transubjetivo en clave racista y cristianocéntrica.
En el artículo de Clarín del día 12 de
noviembre, podemos observar por ejemplo a la senadora autoproclamada
sosteniendo una biblia de gran tamaño, en donde leemos en la bajada de la
noticia que Añez “era la primera en la línea
sucesoria tras las renuncias en el gobierno anterior”. Esta afirmación
resulta en realidad incorrecta ya que según la propia constitución boliviana,
quienes siguen en la línea sucesoria – aun cuando el congreso hubiera decidido
aceptar la renuncia de Evo Morales –, son los propios referentes parlamentarios
del propio Movimiento al Socialismo (MAS), no una senadora de la oposición, ya
que no posee ningún tipo de legitimidad más que el poder de facto provisto por
fuerzas militares, policiales y según nuestro análisis, apoyado también por un
conglomerado multimediático del que Clarín forma parte.
Clarín
– 12/11/19
Marco de interpretación y Alienación
Todo acontecimiento nunca se informa de manera aislada o pura, sino que forma parte de un conjunto de sentidos que brindan un significado particular a los hechos. Por lo que nunca nos encontramos con los hechos en sí mismos, sino que siempre están mediatizados por interpretaciones particulares, por un esquema de conocimientos que dan sentido a lo que observamos del mundo. En otros términos, los media proporcionan algo más que un cierto número de noticias. Proporcionan también las categorías en las que los destinatarios pueden fácilmente colocarlas de forma significativa (Wolf, 2004).
Efectivamente esto es lo que se observa en
cada una de las caracterizaciones del Diario Clarín sobre el Golpe de Estado en
Bolivia, donde el acompañamiento informativo realiza una construcción culpabilizante
de los grupos sociales que apoyan la legitimidad de Evo Morales. Por ejemplo en
el artículo del 12 de noviembre, donde se refiere al grupo “Los Ponchos Rojos”,
define a estos como “la fiel y temible
milicia aymara de Evo Morales” Esta descripción presentada en el propio
título del artículo presenta a los defensores de Evo Morales como una fuerza
“temible”, obediente y militarizada, que además parecen llevar adelante una
lucha anacrónica: “aún pelea contra la
conquista española”.
El cuerpo de la noticia los describe como “bárbaros”, “con posiciones muy radicales”, y que “han realizado entrenamiento militar en Venezuela y Cuba”. La
construcción de sentido se observa claramente: el diario recurre a elementos
que puedan ser alineados a los procesos socio-políticos de países en el que sus
modelos económicos e ideología política han sido y son criticados duramente por
la prensa hegemónica de la región y por los medios internacionales. Todo el
esquema que guía la interpretación de las noticias se desarrolla siguiendo las
mismas orientaciones, donde los links de recomendación refuerzan la estigmatización
de Evo Morales y sus fuerzas de apoyo y
legitiman al mismo tiempo las fuerzas golpistas.
Link
de recomendación – Artículo del 10/11/19
Link de recomendación – Artículo del
11/11/19
Estas recomendaciones resultan significativas, ya que ningún elemento que hace a la estructura de una organicidad discursiva es inocente. El título sugiere y genera complicidades, propone líneas de interpretación, orienta los sentidos, en definitiva, operan a nivel socio-subjetivo. En este caso reforzando la relativización del Golpe e invisibilizando los actos de violencia. La posición del diario es contundente, no hay un Golpe de Estado cívico-militar-policial, solo existe la renuncia de un mandatario “cegado por el poder” y un proceso de reorganización nacional apoyado por las fuerzas armadas.
PODER E IDEOLOGÍA: "TEORÍA DE LOS DOS DEMONIOS"
Efectivamente, “el poder sobre la tecnología
y los medios, significa poder sobre los signos, las informaciones y los
mensajes, lo que equivale a decir, control y poder sobre la cultura y las
ideologías que alimentan la práctica social” (Zecchetto, 1986, p.67). En ese
sentido consideramos al Diario Clarín como un centro de poder comunicacional,
responsable de la comunicación de signos que operan en relación directa con los
centros de poder concentrados, teniendo la capacidad de elaborar productos culturales,
construir códigos, contenidos y sistemas semánticos de representación que
tienden al mantenimiento del estatus quo en detrimento de una mayoría
vulnerada.
Podemos sostener esta afirmación realizando una breve comparación con el abordaje del Diario Clarín durante la última dictadura cívico militar en la Argentina. Por ejemplo en la tapa del 24 de marzo de 1976, el diario se expresa de forma contundente: “Nuevo Gobierno”, en donde no hace ninguna alusión a un Golpe de Estado. De hecho en su primer editorial al otro día del golpe se afirmó que “se abre una etapa con renacidas esperanzas” y que “la acción de las Fuerzas Armadas se ha caracterizado por una ponderada decisión de la que ha estado ausente la prepotencia revanchista o la innecesaria utilización de la fuerza”. De esta manera, se sienta las bases de la “Teoría de los Dos Demonios”, en el que los medios fueron construyendo una imagen de milicia rebelde disruptiva o subversiva, que constituían guerrilleros armados que atentaban contra la democracia y la seguridad civil, cuando en realidad eran ciudadanos que se defendían por todos los medios posibles ante la masacre que significó el Terrorismo de Estado de la dictadura cívico-militar argentina liderada por Jorge Rafael Videla. En el que también se observa a nivel geopolítico el apoyo de los EE.UU hacia las fuerzas golpistas que asolaron los países respectivos como figura en la tapa de Clarín del 25 de marzo de 1976:
Clarín - 24/03/76 Clarín – 25/03/76
De la misma manera vemos por ejemplo, como el Diario Clarín niega el golpe de estado en Bolivia reduciéndolo a una mera “crisis temporal de transición” y reconoce a la senadora opositora Jeanine Añez como “presidenta interina”, destacando el apoyo de los EE.UU además de encargarse de construir un discurso adversativo (sobre un adversario-enemigo), sobre los que siguen apoyando la figura de Evo Morales. Esta orientación discursiva puede observarse claramente en la forma en que la plataforma virtual del diario elige organizar la información en sus solapas principales de acceso.
Plataforma
virtual de Clarín – Versión digital del 15-11-19
Como expresa Isidoro Berenstein (2000), aunque las operaciones prácticas y las marcas subjetivas sean específicas de cada tipo de violencia, los procesos sociales ocurridos en cierto periodo histórico pueden guardar alguna semejanza epocal con respecto a otros acontecimientos similares. Nuestra tesis se basamenta sobre estas consideraciones: sin dejar de tener en cuenta la singularidad de los acontecimientos históricos que hacen a la dictadura cívico-militar argentina y el Golpe de Estado en Bolivia, se comparten mecanismos comunes en la construcción de un enemigo interno y una legitimación moralista del orden dominante.
Lenguaje y
efectos de sentido
En esa misma línea, el lenguaje utilizado por
el Diario Clarín, o más precisamente, el sistema de recursos de codificación
que hace a la semántica de su discurso, acompaña los procesos interpretativos
del mensaje y direcciona la estructuración de los significantes de manera que
se busca “evitar la dispersión de significados” (Zecchetto, 1986, p.79).
Concretamente, sobre el Golpe en Bolivia, observamos una operación metonímica
que busca connotar una situación de mera “crisis política” en vez de referir
directamente a un Golpe de Estado.
Efectivamente, los signos utilizados se
articulan de tal manera que buscan realizar una transferencia asociativa o
desplazamiento de una realidad a otra. Como expresa el mismo autor: “De este
modo dejó de ser lo que realmente sucedía, sino la semántica de los términos pronunciados
por la fuerza” (1986, p. 85). Por ejemplo, cuando Zecchetto analiza el discurso
retórico utilizado durante la dictadura militar del 76’ en Argentina, argumenta
que estas operaciones linguísticas funcionan mediante inversiones de sentido:
Otra
inversión de sentido es la que se efectúa entre las causas y las consecuencias:
·
La causa pasa
a ser “efecto”: el modo de
actuar de la dictadura es “consecuencia” del mal comportamiento del pueblo, del
“desorden”.
·
Y el efecto
pasa a ser “causa”: la opresión
no la produce la dictadura, sino el pueblo, que es el mayor enemigo interno.
De esta manera, la verdad de las muertes, torturas y desapariciones ya no es lo que realmente sucede, sino la semántica implantada por las “razones de Estado” de doctrina de la seguridad nacional de la dictadura. En efecto, “el poder es siempre un poder sobre los signos, y con tales alcances es que se llega a prescribir los modelos de verdad con un planteamiento comunicacional totalmente ajeno a la realidad histórica” (Zecchetto, 1986, p.86).
VIOLENCIA TRANSUBJETIVA Y RADICAL: “EL MAL”
Desde la perspectiva del psicoanálisis
vincular podemos situar esta modalidad del ejercicio de la violencia dentro del
campo de la violencia transubjetiva donde se construyen sentidos a partir de la
nominación, clasificación, selección de atributos, construcción de índices de
espacio-tiempo que permiten identificar situaciones singulares y sujetos. Como
expresa Berenstein (2000), la violencia transubjetiva originada en lo
socio-cultural atraviesa a los vínculos interpersonales y al propio yo. Pero para describir con
mayor precisión el Golpe en Bolivia, es más pertinente su categoría de mal o
violencia radical, caracterizada como:
“…el efecto de la acción de despojo y
destitución del carácter humano de otro considerado ajeno por medio de
procedimientos humanos de deshumanización como pueden ser la tortura, el
maltrato y el exterminio llevado a hasta la aniquilación del otro sujeto […].
Parece ser que el Yo no soporta hacerse cargo de estos hechos y entonces los
reviste de razones políticas o ideológicas expresadas como convicciones que
contiene determinaciones políticas, económicas, nacionales y religiosas. Con lo
cual el sujeto parece quedar relevado de culpa aunque afortunadamente no de la
responsabilidad social por los actos crueles con esos ajenos que puede
considerar aparentemente como semejantes pero que el o los sujetos productores
del mal consideran como no pertenecientes a la comunidad humana, es decir
habilitados para ser destruidos” (Berenstein, 2000, p.262).
Este poder epistémico de los medios de
poder sobre-informar sobre determinados detalles considerados redundantes pero
de alto impacto, al mismo tiempo que se naturalizan y por lo tanto ocultan o
des-informan sobre lo sucedido, contribuyen a crear barreras simbólicas entre
los sujetos en el seno de los discursos sociales, operando no solamente como
potestad normativizadora, sino también como regulación de subjetividades, de
prácticas, de espacios de hábitat y circulación (Cilimbini; Remondino; Petit,
2018).
Por ejemplo, en la denominada “Masacre
de Cochabamba” donde fueron asesinadas 9 personas, el diario Clarín expresa en
el título de la noticia del viernes 15 de noviembre que “había gente armada y con dinamita”. Es decir, antes de informar simplemente la cantidad de
muertos, la noticia se estructuró de manera que la primera información
percibida sea la idea o sensación de enemigo amenazante: “gente armada”, minimizando así el hecho fáctico de los asesinatos. De
forma similar, las editoriales del diario Clarín durante la dictadura
cívico-militar en nuestro país, fueron construyendo
un discurso justificacionista encarnado en la frase: “algo habrán hecho”, frase que
se popularizó intentando argumentar razones para los asesinatos, torturas y
desapariciones perpetradas.
De hecho, la metodología comunicacional es similar a la utilizada en el 76’, cuando el mismo Diario Clarín informaba sobre enfrentamientos entre militares y subversivos “extremistas”. El Terrorismo de Estado de aquella época en Argentina y el Golpe de Estado en Bolivia, parecen compartir parecidas estrategias comunicacionales:
CONSTRUCCIÓN
DE IDENTIDAD Y PRODUCCIÓN DE VIOLENCIAS
Al contemplar dentro de nuestro análisis el
contexto socio-cultural y político, es posible entender con mayor claridad la
caracterización de Muñoz (1989), de cómo los imperativos de la sociedad de
consumo son, cada vez en mayor medida, imperativos en los cuales la agresividad
pura, sin socialización, es la base de una mentalidad que nutre el racismo, el
anticomunismo, el antifeminismo y, en general, toda disposición atribuible a
una articulación de ideología de componentes fascistas.
Deberemos sin duda seguir analizando las
alianzas entre poder económico, político y mediático y sus efectos sobre las
subjetividades. Sobre todo en un contexto en el que se ha configurado
actualmente un fenómeno de liderazgo político cuyos ejes centrales giran en
torno a un discurso xenófobo y conservador, de carácter racista y misógino, enmascarado
siempre por una narrativa liberal edulcorada, encarnándose en figuras políticas
como las de Jair Bolsonaro en Brasil, Mauricio Macri en Argentina, Lenin-Moreno
en Ecuador, Sebastián Piñera en Chile, Donald Trump en EE.UU, Boris Johnson en
Inglaterra, y como hemos fundamentado, alcanza también a la ahora ex-presidenta
autoproclamada Jeanine Añez en Bolivia, actualmente en prisión.
Esta tendencia de liderazgos conservadores parece
caracterizarse por una construcción identitaria enajenada, ya que está
basamentada en el “rechazo de lo diferente”, más que en la construcción propositiva
de una identidad más amplia e inclusiva. Podemos decir junto a Verón (1987),
que este sostenimiento de una negatividad de lo “anti” que promueve una fuerza
identitaria unitaria y “pura”, encuentra sustento en la construcción de un Otro
negativo o adversario interno, que se convierte de esta manera en amenaza, en
agente contaminante que debe ser segregado, excluido y en algunos casos
radicales, exterminado.
El problema es que en el caso de Bolivia, estos mecanismos no se limitan al mero campo de las formaciones formales discursivas o comunidad de comunicación, sino que operan en el campo concreto de la vida cotidiana de una comunidad de vida. En el que los últimos informes oficiales ya dieron cuenta de decenas de personas asesinadas y cientos de heridos en medio de intensas represiones policiales.
CASOS DE
ABUSO MEDIÁTICO
Por
todo lo desarrollado, consideramos que el abordaje del Diario Clarín sobre el
Golpe de Estado en Bolivia, así como la cobertura del Golpe y posterior
Dictadura cívico-militar en Argentina, constituye un fenómeno de Abuso Mediático
ya que se despliega como violencia transubjetiva a partir del discurso
informativo, manteniéndose en agenda con una reiteración y regularidad de los
discursos, además de basarse en categorías disciplinantes de regulación social que
se encarnan en atribuciones negativas en detrimento de los movimientos sociales
y fuerzas de resistencia.
Estas características crean barreras simbólicas entre los sujetos en el seno de los discursos y las prácticas de socialización, contribuyendo a la ruptura de los lazos sociales, legitimando la cristalización de esterotipias y promoviendo malestares tanto a nivel individual como colectivo. Es decir, no solo re-producen violencias sino que son productores de violencias tanto a nivel subjetivo como sociocultural. De esta forma, constituyen dispositivos que no solo operan a nivel discursivo, sino que regulan el movimiento de los cuerpos, generan sentidos que dejan marcas en la piel, configurando performatividades que cosifican las subjetividades y trivializan el dolor del sufrimiento humano.
REFLEXIONES FINALES
Hemos
partido de una concepción de sujeto activo atravesado por una multiplicidad de
sentidos polisémicos, perspectiva que nos abre inevitablemente a la dialéctica
de los procesos y de los fenómenos. Donde el sujeto no es un mero receptor,
sino que motoriza una participación activa en el procesamiento y generación de
sentidos. De esa manera, la línea artificiosa que separa los objetos de estudio
que hemos de conceptualizar, de los fenómenos que atraviesan e interpelan al
propio sujeto conceptuador, pierde nitidez. Y se difuminan así las barreras
entre campo académico, labor periodística y realidad socio-histórica.
Sucede
que en América Latina y el mundo se viven tiempos vertiginosos, en donde una
infinidad de nuevas discusiones que se efectúan día a día en la cotidianidad
intersubjetiva, se nutren de nuevos temas relacionados a la política y a lo
político, y anudado a ello, se han reavivado debates en torno a los medios de
comunicación, la economía, el derecho, la jurídica, la historia, la ética y la
ecología. Como expresamos en el V Congreso de Estudiantes de Psicología (CONEP)
celebrado en San Luis: “Esta magma de conversaciones diarias entre los sujetos
que comparten esta contemporaneidad, permite un activo proceso de intercambios
simbólicos en la actual disputa social de sentido. Esta compleja urdimbre
comunicativa que se establece entre los integrantes de una comunidad, se
presenta como los relámpagos y agitaciones de una vibrante conflictiva inter-cultural.
Pienso que aquel íntimo intercambio de sentidos en el seno de los múltiples
vínculos sociales, tendrá mayor peso que la retórica conservadora de los
poderes mediáticos” (Alaminos, 2017).
Resulta
difícil desarrollar categorías racionales al calor de los acontecimientos, en
medio de la fiebre de las indignaciones. Pero forma parte del desafío de
capturar con algunas cuantas palabras algo de lo que sucede con las cosas del
mundo. Donde resulta imposible escribir sobre el exterminio, la represión y la
tortura con la galantería de las gramáticas académicas o desde la distancia de
un periodismo objetivista. Es por eso que apostamos a escribir con la tinta de nuestra
sangre, a narrar con la potencia de nuestros cuerpos, hermanades a la infinita
alteridad siempre capaz de renovar las energías colectivas de transformación.
Bibliografía
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Artículos
·
Sin Nombre de Autor (10 de noviembre de 2019). Hora 17:56. Evo Morales renunció a la presidencia de
Bolivia. Recuperado de https://www.clarin.com/mundo/evo-morales-renuncio-presidencia-bolivia_0_W053nx3c.html
·
Paula Lugones (11 de Noviembre de 2019). Hora 16:51. Donald Trump celebró la renuncia de Evo
Morales_ _Estamos un paso más cerca de la democracia. Recuperado de https://www.clarin.com/mundo/donald-trump-celebro-renuncia-evo-morales-paso-cerca-democracia-_0_zpla6x10.html
·
Daniel Vittar (11 de noviembre de 2019). Hora 19:06. Crisis
en Bolivia_ choques en La Paz entre seguidores de Evo Morales y opositores.
Recuperado de https://www.clarin.com/mundo/crisis-bolivia-choques-paz-seguidores-evo-morales-opositores_0_-r1wJA8N.html
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Daniel Vittar (11 de noviembre de 2019). Hora 20:59. Crisis en Bolivia_ Evo Morales se asila en
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Sin Nombre de Autor (15 de Noviembre de 2019). Hora 20:11. Violencia en Bolivia_ varios muertos en una
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Seminario “Medios de omunicación y TICs en las dinámicas sociales de
producciones y reproducciones de violencia(s). Abordaje interdisciplinario
desde la Psicología y la Comunicación. Electiva a cargo de la Prof. Cristina
Petit y la Prof. Ana Cilimbini.
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