EL DIARIO CLARÍN Y SU COMPLICIDAD CON LOS GOLPES DE ESTADO - Ensayo sobre Poder Mediático y Subjetividad

Hoy 24 de marzo, la memoria viva del pueblo muestra las marcas de la tortura y del dolor, revela las cicatrices inflingidas en aquellas épocas oscuras en la que los infames reinaban y ejecutaban el asesinato organizado. Pero una de las cosas que más estremece es la porción civil que avaló los actos de la barbarie. Es que no hay golpe militar que se sostenga sin la complicidad de un sector social que justifique su accionar. Toda dictadura necesita un brazo civil que consienta la masacre y un aceitado conjunto de mecanismos mediáticos que transmita el relato de los opresores. Por eso toda dictadura necesita hacerse de dispositivos que tengan la capacidad de edulcorar la crueldad de una realidad marcada por el horror. Es preciso entonces reflexionar sobre el papel que tuvieron y tienen actualmente los medios de comunicación hegemónicos en la elaboración de una narrativa que se enraiza en los imaginarios populares y colabora con la política del exterminio.

¿Cuál es el efecto de los medios de comunicación sobre las subjetividades? ¿Cuáles son los entramados del poder que moldean sus objetivos? ¿Qué es el poder mediático? ¿Cuáles sus mecanismos y de qué manera afectan las interpretaciones de los acontecimientos? ¿Constituyen meros reproductores de los hechos o constituyen genuinos productores de violencias individuales y colectivas? Estas son las preguntas que me llevaron a investigar la complicidad del Diario Clarín con los Golpes de Estado en América Latina, en el marco del Seminario sobre medios, subjetividad y violencias de la Facultad de Psicología[1], enfocándome en la cobertura informativa que el Diario realizaba sobre el Golpe de Estado en Bolivia a partir del 10 de noviembre de 2019, para a partir de allí establecer relaciones significativas con los hechos sucedidos el 24 de marzo de 1976 en Argentina.

Adonay Alaminos


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Sobre las palabras y las cosa

Ya que parece imposible llamar a las cosas por su nombre,

gobernantes y empresas periodísticas de por medio,

 podría hacerse una lista infinita de cómo deberían nombrarse

 ciertas cosas en cumplimiento de semejante regla lingüística.


Si un golpe de Estado no es tal y, en cambio, se lo nombra por ejemplo

como una “situación de inestabilidad política”, la miseria podría describirse

como una “situación de precariedad callejera”, al hambre un “estado provisorio

de carencia estomacal”, a la precariedad de las escuelas “pisos y techos

momentáneamente desvencijados”, a las protestas en Chile como un “deseo

iracundo y desordenado de mayor prosperidad”.

 A mí me gusta, humildemente, llamar las cosas por su nombre,

en nombre de las cosas que pasan, que duelen, que conmueven,

y que no pueden ser adulteradas.


La estafa del lenguaje es la estafa del lenguaje.

La caricatura del mundo es la caricatura del mundo.

Y la vida es, siempre, la vida que no se mata, la vida que puede seguir viviendo.

Carlos Skliar

escritor, pedagogo y filósofo argentino


INTRODUCCIÓN

 

“En el mal hay una falta de relación, de vínculo y de deseo entre el victimario, llamémosle torturador o represor o asesino y la víctima” 

Isidoro Berenstein

 

Nuestro trabajo de análisis se centra en un grupo de noticias del Diario Clarín sobre su cobertura informativa relacionada con el Golpe de Estado cívico-policial-militar consumado en Bolivia, hecho que entró en agenda el domingo 10 de noviembre de 2019, en el que el presidente Evo Morales comunica su renuncia ante la presión de las fuerzas armadas y policiales, causando una importante y amplia repercusión tanto a nivel regional como internacional, ocupando la primera plana de los principales diarios del mundo.

Retomamos para nuestra labor de análisis las discusiones teóricas y prácticas sobre las nociones de discurso, comunicación y Mass media, en relación a una concepción de sujeto atravesado por una multivocidad de sentidos en un entramado socio-cultural y económico-político determinado. Entendemos así el fenómeno discursivo como un portador de sentido que conforma los complejos procesos dinámicos comunicacionales, asentados en soportes materiales y tecnológicos, atravesados por conflictos de poder, de intereses e ideologías, los cuales determinan su finalidad (Zecchetto, 2006, p. 255).

Si bien constituye una noticia de alto impacto que se mantuvo en agenda durante un tiempo considerable debido a la gravedad de los sucesos,  decidimos acotar el análisis a un breve periodo que abarca desde el domingo 10 de noviembre de ese año, el momento en que Evo Morales comunica su renuncia y que por lo tanto materializa el Golpe, hasta el viernes 15 del mismo mes, en el que se informan sobre los primeros asesinatos por parte de las fuerzas militares a partir de órdenes directas de la autoproclamada presidenta Janine Añez.

Decidimos trabajar con noticias del diario Clarín porque representa un medio de consumo masivo y con gran llegada a distintos sectores de la sociedad, pero por sobre todo debido a su postura “negacionista” del Golpe de Estado perpetrado en 2019 en Bolivia, reduciéndolo a una mera situación de “crisis social y política”, postura que relacionaremos a las coberturas informativas que realizó el mismo diario sobre el Golpe de Estado del 76’ en la Argentina. Nos proponemos así analizar y describir el tratamiento periodístico del diario Clarín en tanto estrategia comunicativa de construcción de sentidos hegemónicos, ofreciendo reflexiones acerca del fenómeno comunicacional en el contexto socio-cultural y económico-político actual.


 

ACERCA DEL DIARIO CLARÍN

Analizaremos en primer lugar algunas características con respecto al diario Clarín, donde resulta esencial tener en cuenta los intereses políticos, comerciales y financieros de las  compañías que producen las noticias y las consecuencias que tienen a nivel cultural y social. Como afirma Zecchetto (1986) “La información y los medios masivos dependen de hombres y de grupos ya ubicados en un sistema económico y socio-político” (p.67). El Diario Clarín es una empresa multimedia que comenzó como medio gráfico formando parte de un grupo multimediático más grande (Grupo Clarín), el grupo empresario de medios de comunicación más grande de la Argentina, poseedor de múltiples diarios, canales de televisión y dispositivos de radiodifusión, donde siempre han mantenido estrechas relaciones con los distintos gobiernos de turno, tanto a favor como en contra de los mismos. 

Es importante tener en cuenta que el contenido y la forma en que Clarín produce estas noticias no se relacionan solo con el objetivo de transmitir información a la sociedad o conseguir un beneficio comercial, sino que además siguen lineamientos políticos y económicos del grupo en el que está inserto. Lo que buscan estas lógicas empresariales es crear mensajes con un contenido común “absorbiendo y atenuando las diferencias o contradicciones de clase y deteniéndose tan sólo en el límite extremo de la tolerancia media del público más amplio posible” (Martín Barbero, 1988, p.54).

En efecto, como destaca Thompson (1998), el nacimiento de las principales corporaciones telecomunicacionales estuvo históricamente ligado a los intereses económicos y lineamientos ideológicos de las clases dominantes. En ese sentido, en los últimos años se ha producido una elevada concentración monopólica de los servicios audiovisuales. Una situación que fue simultánea al progresivo desmantelamiento de los sistemas públicos en base a los criterios globales de desregulación de los servicios de telecomunicación a favor de las iniciativas empresariales privadas. Como expresa Mattelard (1998):

“Este nuevo marco global de pensamiento empresarial ha hecho deslizarse el centro de gravedad de las negociaciones internacionales acerca del flujo de datos inmateriales hacia la cúpula del poder tecnopolítico. Este desplazamiento oculta otro: el desplazamiento de la misma definición de <<libertad de expresión>>. [Donde] la libertad de expresión de los ciudadanos se halla directamente en competencia con la libertad de expresión comercial” (p.94). 

La visibilización de este entramado económico y político resulta fundamental a la hora de entender el contenido de las representaciones y la construcción de sentido que realizó el diario Clarín frente a los acontecimientos que sucedieron en Bolivia, donde hasta la fecha del 15 de noviembre de 2019, ya se habían registrado 23 asesinatos a manos de las fuerzas armadas y policiales, además de cientos de heridos y detenidos. 

 

GOLPE DE ESTADO EN BOLIVIA 

La noticia entra en agenda el domingo 10 de noviembre de 2019 donde se informa la renuncia de Evo Morales, donde Clarín presenta una volanta que resalta la cantidad de años de ejercicio en el cargo del mandatario, por sobre otras dimensiones que fueron las causantes materiales de la renuncia, como la sublevación de las fuerzas armadas y policiales, donde efectivamente, el comando de las Fuerzas Armadas le “sugieren” renunciar.   


Nota de Clarín – 10/11/19

También se esbozan algunas argumentaciones con respecto al escrutinio provisorio de las elecciones presidenciales y a los informes de la Organización de Estados Americanos (OEA) en la que se mencionan irregularidades, de la cual no presentan pruebas. Todas las noticias analizadas con respecto al proceso eleccionario se dirigen a deslegitimar la victoria en primera vuelta de Evo Morales. Los documentos de la OEA fueron la columna vertebral sobre la que se construyó el relato que habilitó el Golpe de Estado en Bolivia. Pero la validez de sus conclusiones quedó severamente cuestionada cuando el Centro de Investigación en Economía y Política (CEPR) dio a conocer su trabajo “¿Qué sucedió en el recuento de votos de las elecciones de Bolivia de 2019? El papel de la Misión de Observación Electoral de la OEA”, que deconstruye las apresuradas conclusiones del documento apoyado por Luis Almagro, el secretario general de la OEA. 
El CEPR es un prestigioso centro de investigación con base en Washington, fundado por los economistas Dean Baker y Mark Weisbrot en el que incluye en su Junta Consultiva a dos premios Nobel de Economía como Robert Solow y Joseph Stiglitz. El principal argumento de la OEA para reclamar que se repitan las elecciones fue “el cambio drástico y difícil de explicar en la tendencia de los resultados preliminares [del conteo rápido]”. Sin embargo, sostiene el informe del CEPR, “la misión no proporcionó evidencia sustentando estas declaraciones que sugieren que el conteo rápido podría ser incorrecto o ‘difícil de explicar’”. Los investigadores del Centro estadunidense muestran que la mayor parte de los señalamientos de la OEA se hacen sobre el escrutinio provisorio y no sobre el oficial, que se inició poco después y no se interrumpió en ningún momento.
Lo que explica el “cambio de tendencia” que tanto preocupó a la OEA no es otra cosa que el fuerte contraste entre el voto ciudadano y el voto rural. Las preferencias en los centros urbanos, donde crece la participación de los sectores medios y altos, son menos favorables a la figura de Evo Morales que en los territorios campesinos, el área más vulnerable socioeconómicamente de la que él mismo proviene. Lógicamente, las actas de las urnas ciudadanas llegan a los centros electorales antes de las que provienen de los apartados sectores rurales. De allí surge la consistencia de la tendencia proyectada desde el comienzo mismo del conteo, que muestra la paulatina y permanente ampliación de la diferencia entre Morales y Mesa, hasta llegar al 10,5 final. Sin embargo, el Diario Clarín omite sistemáticamente estas investigaciones y sigue sosteniendo la versión parcial de la auditoria de la OEA, desligitimando así un proceso eleccionario en donde el escrutinio final confirmó la victoria de Evo Morales en primera vuelta. 
 

SUPERESTRUCTURAS IDEOLÓGICAS

Observamos así como los procesos psicosociales que se desenvuelven en el contexto del capitalismo actual tienen un importante factor de revestimiento ideológico. Según Marx, la alienación económica es el origen del resto de alienaciones sociales que determinan las superestructuras globales. Pero, irónicamente, en las formaciones sociales avanzadas las leyes económicas han entrado en el corazón mismo de la ideología. De esta manera, se entiende como “los medios masivos de comunicación han convertido la ideología en una fuerza material preponderante” (Muñoz, 1989, p.111). 

Efectivamente, como expresa Muñoz (1989), a partir de la Primera Generación de la Escuela de Frankfurt puede afirmarse que la pseudo-cultura es la superestructura ideológica de nuestro tiempo. Por lo que, a partir de la denominada teoría crítica, se afirma su orientación hacia la crítica dialéctica de la economía política. El punto de partida de la teoría crítica es por tanto el análisis del sistema de la economía de intercambio: desocupación, crisis económica, militarismo, terrorismo y las condiciones concretas de las ciudadanías.

Es posible entender de esta forma, como las corporaciones mediáticas, responden más a los intereses de sus conglomerados monopólicos multinacionales, antes que a los ciudadanos a quienes prestan su servicio. Se pretende así monopolizar el discurso y reproducir y distribuir toda una serie de prejuicios organizados que mantienen el denominado status quo de la sociedad, siempre a favor de un pequeño grupo minoritario de élites, en detrimento de las grandes mayorías vulneradas, principalmente por el despliegue de un sistema económico injusto que genera desigualdad y un deterioro generalizado de sus condiciones concretas de existencia.  Efectivamente, “para la teoría crítica no existe la asepsia comunicativa ni cultural. En el mercado de la cultura, se dirimen en la actualidad estas contradicciones del sistema. Las superestructuras ideológicas son así las encargadas de mantener la correlación de fuerzas a favor de los grupos concentrados de poder económico” (Muñoz, 1989, p.135).

A partir de estos aportes podemos comprender con mayor precisión el juego de fuerzas geopolíticas y macro-económicas que atraviesan los acontecimientos que culminaron en el Golpe de Estado en Bolivia. Un medio de comunicación hegemónico como el Diario Clarín, está de esta manera alineado a todo un entramado de poder tanto comunicacional como económico que configura una red de sentidos que tienden a producir y reproducir violencias de carácter transubjetivo en clave racista y cristianocéntrica.       

En el artículo de Clarín del día 12 de noviembre, podemos observar por ejemplo a la senadora autoproclamada sosteniendo una biblia de gran tamaño, en donde leemos en la bajada de la noticia que Añez “era la primera en la línea sucesoria tras las renuncias en el gobierno anterior”. Esta afirmación resulta en realidad incorrecta ya que según la propia constitución boliviana, quienes siguen en la línea sucesoria – aun cuando el congreso hubiera decidido aceptar la renuncia de Evo Morales –, son los propios referentes parlamentarios del propio Movimiento al Socialismo (MAS), no una senadora de la oposición, ya que no posee ningún tipo de legitimidad más que el poder de facto provisto por fuerzas militares, policiales y según nuestro análisis, apoyado también por un conglomerado multimediático del que Clarín forma parte.

Clarín – 12/11/19

 

Marco de interpretación y Alienación

Todo acontecimiento nunca se informa de manera aislada o pura, sino que forma parte de un conjunto de sentidos que brindan un significado particular a los hechos. Por lo que nunca nos encontramos con los hechos en sí mismos, sino que siempre están mediatizados por interpretaciones particulares, por un esquema de conocimientos que dan sentido a lo que observamos del mundo. En otros términos, los media proporcionan algo más que un cierto número de noticias. Proporcionan también las categorías en las que los destinatarios pueden fácilmente colocarlas de forma significativa (Wolf, 2004). 

Efectivamente esto es lo que se observa en cada una de las caracterizaciones del Diario Clarín sobre el Golpe de Estado en Bolivia, donde el acompañamiento informativo realiza una construcción culpabilizante de los grupos sociales que apoyan la legitimidad de Evo Morales. Por ejemplo en el artículo del 12 de noviembre, donde se refiere al grupo “Los Ponchos Rojos”, define a estos como “la fiel y temible milicia aymara de Evo Morales” Esta descripción presentada en el propio título del artículo presenta a los defensores de Evo Morales como una fuerza “temible”, obediente y militarizada, que además parecen llevar adelante una lucha anacrónica: “aún pelea contra la conquista española”.


Clarín - 12/11/19 

El cuerpo de la noticia los describe como “bárbaros”, “con posiciones muy radicales”, y que “han realizado entrenamiento militar en Venezuela y Cuba”. La construcción de sentido se observa claramente: el diario recurre a elementos que puedan ser alineados a los procesos socio-políticos de países en el que sus modelos económicos e ideología política han sido y son criticados duramente por la prensa hegemónica de la región y por los medios internacionales. Todo el esquema que guía la interpretación de las noticias se desarrolla siguiendo las mismas orientaciones, donde los links de recomendación refuerzan la estigmatización de Evo Morales y sus fuerzas de apoyo y  legitiman al mismo tiempo las fuerzas golpistas.

 

Link de recomendación – Artículo del 10/11/19

Link de recomendación – Artículo del 11/11/19

Estas recomendaciones resultan significativas, ya que ningún elemento que hace a la estructura de una organicidad discursiva es inocente. El título sugiere y genera complicidades, propone líneas de interpretación, orienta los sentidos, en definitiva, operan a nivel socio-subjetivo. En este caso reforzando la relativización del Golpe e invisibilizando los actos de violencia. La posición del diario es contundente, no hay un Golpe de Estado cívico-militar-policial, solo existe la renuncia de un mandatario “cegado por el poder” y un proceso de reorganización nacional apoyado por las fuerzas armadas.   

 

PODER E IDEOLOGÍA: "TEORÍA DE LOS DOS DEMONIOS"  

Efectivamente, “el poder sobre la tecnología y los medios, significa poder sobre los signos, las informaciones y los mensajes, lo que equivale a decir, control y poder sobre la cultura y las ideologías que alimentan la práctica social” (Zecchetto, 1986, p.67). En ese sentido consideramos al Diario Clarín como un centro de poder comunicacional, responsable de la comunicación de signos que operan en relación directa con los centros de poder concentrados, teniendo la capacidad de elaborar productos culturales, construir códigos, contenidos y sistemas semánticos de representación que tienden al mantenimiento del estatus quo en detrimento de una mayoría vulnerada.

Podemos sostener esta afirmación realizando una breve comparación con el abordaje del Diario Clarín durante la última dictadura cívico militar en la Argentina. Por ejemplo en la tapa del 24 de marzo de 1976, el diario se expresa de forma contundente: “Nuevo Gobierno”, en donde no hace ninguna alusión a un Golpe de Estado. De hecho en su primer editorial al otro día del golpe se afirmó que “se abre una etapa con renacidas esperanzas” y que “la acción de las Fuerzas Armadas se ha caracterizado por una ponderada decisión de la que ha estado ausente la prepotencia revanchista o la innecesaria utilización de la fuerza”. De esta manera, se sienta las bases de la “Teoría de los Dos Demonios”, en el que los medios fueron construyendo una imagen de milicia rebelde disruptiva o subversiva, que constituían guerrilleros armados que atentaban contra la democracia y la seguridad civil, cuando en realidad eran ciudadanos que se defendían por todos los medios posibles ante la masacre que significó el Terrorismo de Estado de la dictadura cívico-militar argentina liderada por Jorge Rafael Videla. En el que también se observa a nivel geopolítico el apoyo de los EE.UU hacia las fuerzas golpistas que asolaron los países respectivos como figura en la tapa de Clarín del 25 de marzo de 1976:    


      Clarín - 24/03/76                                                                                     Clarín – 25/03/76

De la misma manera vemos por ejemplo, como el Diario Clarín niega el golpe de estado en Bolivia reduciéndolo a una mera “crisis temporal de transición” y reconoce a la senadora opositora Jeanine Añez como “presidenta interina”, destacando el apoyo de los EE.UU además de encargarse de construir un discurso adversativo (sobre un adversario-enemigo), sobre los que siguen apoyando la figura de Evo Morales. Esta orientación discursiva puede observarse claramente en la forma en que la plataforma virtual del diario elige organizar la información en sus solapas principales de acceso. 

Plataforma virtual de Clarín – Versión digital del 15-11-19

Como expresa Isidoro Berenstein (2000), aunque las operaciones prácticas y las marcas subjetivas sean específicas de cada tipo de violencia, los procesos sociales ocurridos en cierto periodo histórico pueden guardar alguna semejanza epocal con respecto a otros acontecimientos similares. Nuestra tesis se basamenta sobre estas consideraciones: sin dejar de tener en cuenta la singularidad de los acontecimientos históricos que hacen a la dictadura cívico-militar argentina y el Golpe de Estado en Bolivia, se comparten mecanismos comunes en la construcción de un enemigo interno y una legitimación moralista del orden dominante.          


Lenguaje y efectos de sentido

En esa misma línea, el lenguaje utilizado por el Diario Clarín, o más precisamente, el sistema de recursos de codificación que hace a la semántica de su discurso, acompaña los procesos interpretativos del mensaje y direcciona la estructuración de los significantes de manera que se busca “evitar la dispersión de significados” (Zecchetto, 1986, p.79). Concretamente, sobre el Golpe en Bolivia, observamos una operación metonímica que busca connotar una situación de mera “crisis política” en vez de referir directamente a un Golpe de Estado.

Efectivamente, los signos utilizados se articulan de tal manera que buscan realizar una transferencia asociativa o desplazamiento de una realidad a otra. Como expresa el mismo autor: “De este modo dejó de ser lo que realmente sucedía, sino la semántica de los términos pronunciados por la fuerza” (1986, p. 85). Por ejemplo, cuando Zecchetto analiza el discurso retórico utilizado durante la dictadura militar del 76’ en Argentina, argumenta que estas operaciones linguísticas funcionan mediante inversiones de sentido:

 

Otra inversión de sentido es la que se efectúa entre las causas y las consecuencias:

·         La causa pasa a ser “efecto”: el modo de actuar de la dictadura es “consecuencia” del mal comportamiento del pueblo, del “desorden”.

·         Y el efecto pasa a ser “causa”: la opresión no la produce la dictadura, sino el pueblo, que es el mayor enemigo interno.

De esta manera, la verdad de las muertes, torturas y desapariciones ya no es lo que realmente sucede, sino la semántica implantada por las “razones de Estado” de doctrina de la seguridad nacional de la dictadura. En efecto, “el poder es siempre un poder sobre los signos, y con tales alcances es que se llega a prescribir los modelos de verdad con un planteamiento comunicacional totalmente ajeno a la realidad histórica” (Zecchetto, 1986, p.86).  


VIOLENCIA TRANSUBJETIVA Y RADICAL: “EL MAL

Desde la perspectiva del psicoanálisis vincular podemos situar esta modalidad del ejercicio de la violencia dentro del campo de la violencia transubjetiva donde se construyen sentidos a partir de la nominación, clasificación, selección de atributos, construcción de índices de espacio-tiempo que permiten identificar situaciones singulares y sujetos. Como expresa Berenstein (2000), la violencia transubjetiva originada en lo socio-cultural atraviesa a los vínculos interpersonales y al propio yo. Pero para describir con mayor precisión el Golpe en Bolivia, es más pertinente su categoría de mal o violencia radical, caracterizada como:

 “…el efecto de la acción de despojo y destitución del carácter humano de otro considerado ajeno por medio de procedimientos humanos de deshumanización como pueden ser la tortura, el maltrato y el exterminio llevado a hasta la aniquilación del otro sujeto […]. Parece ser que el Yo no soporta hacerse cargo de estos hechos y entonces los reviste de razones políticas o ideológicas expresadas como convicciones que contiene determinaciones políticas, económicas, nacionales y religiosas. Con lo cual el sujeto parece quedar relevado de culpa aunque afortunadamente no de la responsabilidad social por los actos crueles con esos ajenos que puede considerar aparentemente como semejantes pero que el o los sujetos productores del mal consideran como no pertenecientes a la comunidad humana, es decir habilitados para ser destruidos” (Berenstein, 2000, p.262).          

Este poder epistémico de los medios de poder sobre-informar sobre determinados detalles considerados redundantes pero de alto impacto, al mismo tiempo que se naturalizan y por lo tanto ocultan o des-informan sobre lo sucedido, contribuyen a crear barreras simbólicas entre los sujetos en el seno de los discursos sociales, operando no solamente como potestad normativizadora, sino también como regulación de subjetividades, de prácticas, de espacios de hábitat y circulación (Cilimbini; Remondino; Petit, 2018).

Por ejemplo, en la denominada “Masacre de Cochabamba” donde fueron asesinadas 9 personas, el diario Clarín expresa en el título de la noticia del viernes 15 de noviembre que “había gente armada y con dinamita”. Es decir,  antes de informar simplemente la cantidad de muertos, la noticia se estructuró de manera que la primera información percibida sea la idea o sensación de enemigo amenazante: “gente armada”, minimizando así el hecho fáctico de los asesinatos. De forma similar, las editoriales del diario Clarín durante la dictadura cívico-militar en nuestro país,  fueron construyendo un discurso justificacionista encarnado en la frase: “algo habrán hecho”, frase que se popularizó intentando argumentar razones para los asesinatos, torturas y desapariciones perpetradas.

De hecho, la metodología comunicacional es similar a la utilizada en el 76’, cuando el mismo Diario Clarín informaba sobre enfrentamientos entre militares y subversivos “extremistas”. El Terrorismo de Estado de aquella época en Argentina y el Golpe de Estado en Bolivia, parecen compartir parecidas estrategias comunicacionales:      

                          
                                         Diario Clarín – Bolivia 2019                                   


 
Diario Clarín – Argentina 1976 

CONSTRUCCIÓN DE IDENTIDAD Y PRODUCCIÓN DE VIOLENCIAS

Al contemplar dentro de nuestro análisis el contexto socio-cultural y político, es posible entender con mayor claridad la caracterización de Muñoz (1989), de cómo los imperativos de la sociedad de consumo son, cada vez en mayor medida, imperativos en los cuales la agresividad pura, sin socialización, es la base de una mentalidad que nutre el racismo, el anticomunismo, el antifeminismo y, en general, toda disposición atribuible a una articulación de ideología de componentes fascistas.

Deberemos sin duda seguir analizando las alianzas entre poder económico, político y mediático y sus efectos sobre las subjetividades. Sobre todo en un contexto en el que se ha configurado actualmente un fenómeno de liderazgo político cuyos ejes centrales giran en torno a un discurso xenófobo y conservador, de carácter racista y misógino, enmascarado siempre por una narrativa liberal edulcorada, encarnándose en figuras políticas como las de Jair Bolsonaro en Brasil, Mauricio Macri en Argentina, Lenin-Moreno en Ecuador, Sebastián Piñera en Chile, Donald Trump en EE.UU, Boris Johnson en Inglaterra, y como hemos fundamentado, alcanza también a la ahora ex-presidenta autoproclamada Jeanine Añez en Bolivia, actualmente en prisión.

Esta tendencia de liderazgos conservadores parece caracterizarse por una construcción identitaria enajenada, ya que está basamentada en el “rechazo de lo diferente”, más que en la construcción propositiva de una identidad más amplia e inclusiva. Podemos decir junto a Verón (1987), que este sostenimiento de una negatividad de lo “anti” que promueve una fuerza identitaria unitaria y “pura”, encuentra sustento en la construcción de un Otro negativo o adversario interno, que se convierte de esta manera en amenaza, en agente contaminante que debe ser segregado, excluido y en algunos casos radicales, exterminado.  

El problema es que en el caso de Bolivia, estos mecanismos no se limitan al mero campo de las formaciones formales discursivas o comunidad de comunicación, sino que operan en el campo concreto de la vida cotidiana de una comunidad de vida. En el que los últimos informes oficiales ya dieron cuenta de decenas de personas asesinadas y cientos de heridos en medio de intensas represiones policiales.

CASOS DE ABUSO MEDIÁTICO

Por todo lo desarrollado, consideramos que el abordaje del Diario Clarín sobre el Golpe de Estado en Bolivia, así como la cobertura del Golpe y posterior Dictadura cívico-militar en Argentina, constituye un fenómeno de Abuso Mediático ya que se despliega como violencia transubjetiva a partir del discurso informativo, manteniéndose en agenda con una reiteración y regularidad de los discursos, además de basarse en categorías disciplinantes de regulación social que se encarnan en atribuciones negativas en detrimento de los movimientos sociales y fuerzas de resistencia.   

Estas características crean barreras simbólicas entre los sujetos en el seno de los discursos y las prácticas de socialización, contribuyendo a la ruptura de los lazos sociales, legitimando la cristalización de esterotipias y promoviendo malestares tanto a nivel individual como colectivo. Es decir, no solo re-producen violencias sino que son productores de violencias tanto a nivel subjetivo como sociocultural. De esta forma, constituyen dispositivos que no solo operan a nivel discursivo, sino que regulan el movimiento de los cuerpos, generan sentidos que dejan marcas en la piel, configurando performatividades que cosifican las subjetividades y trivializan el dolor del sufrimiento humano.  

REFLEXIONES FINALES

Hemos partido de una concepción de sujeto activo atravesado por una multiplicidad de sentidos polisémicos, perspectiva que nos abre inevitablemente a la dialéctica de los procesos y de los fenómenos. Donde el sujeto no es un mero receptor, sino que motoriza una participación activa en el procesamiento y generación de sentidos. De esa manera, la línea artificiosa que separa los objetos de estudio que hemos de conceptualizar, de los fenómenos que atraviesan e interpelan al propio sujeto conceptuador, pierde nitidez. Y se difuminan así las barreras entre campo académico, labor periodística y realidad socio-histórica.

Sucede que en América Latina y el mundo se viven tiempos vertiginosos, en donde una infinidad de nuevas discusiones que se efectúan día a día en la cotidianidad intersubjetiva, se nutren de nuevos temas relacionados a la política y a lo político, y anudado a ello, se han reavivado debates en torno a los medios de comunicación, la economía, el derecho, la jurídica, la historia, la ética y la ecología. Como expresamos en el V Congreso de Estudiantes de Psicología (CONEP) celebrado en San Luis: “Esta magma de conversaciones diarias entre los sujetos que comparten esta contemporaneidad, permite un activo proceso de intercambios simbólicos en la actual disputa social de sentido. Esta compleja urdimbre comunicativa que se establece entre los integrantes de una comunidad, se presenta como los relámpagos y agitaciones de una vibrante conflictiva inter-cultural. Pienso que aquel íntimo intercambio de sentidos en el seno de los múltiples vínculos sociales, tendrá mayor peso que la retórica conservadora de los poderes mediáticos” (Alaminos, 2017).  

Resulta difícil desarrollar categorías racionales al calor de los acontecimientos, en medio de la fiebre de las indignaciones. Pero forma parte del desafío de capturar con algunas cuantas palabras algo de lo que sucede con las cosas del mundo. Donde resulta imposible escribir sobre el exterminio, la represión y la tortura con la galantería de las gramáticas académicas o desde la distancia de un periodismo objetivista. Es por eso que apostamos a escribir con la tinta de nuestra sangre, a narrar con la potencia de nuestros cuerpos, hermanades a la infinita alteridad siempre capaz de renovar las energías colectivas de transformación.


Bibliografía

 

  • ALAMINOS, A. (2017). “Reflexiones sobre el efecto de trivialización del sufrimiento humano en la retórica mediática”. Mesa: Subjetividad y Medios de Comunicación. V Congreso Nacional de Estudiantes de Psicología: Salud Mental en el siglo XXI. San Luis.     
  • BERENSTEIN, I. (2000). Notas sobre violencia. En revista de la APdeBA. Vol. XXII. N° 2. Ed. Biblos. Buenos Aires. 
  • CILIMBINI, REMONDINO, PETIT (2018). Abuso mediático. Los rostros de las violencias en los medios y producción de subjetividades. Editorial Brujas.

 

  • MARTÍN BARBERO, J. (1988) Procesos de Comunicación y Matrices Culturales. Itinerario para salir de la razón dualista. FELAFACS. G. Gilli. México.

 

  • MATTELART, A. (1998). La globalización: las redes de la economía posnacional. En La Mundialización de la Comunicación. Paidós, Barcelona.

 

  • MUÑOZ, B. (1989). Cultura y Comunicación. Introducción a las teorías contemporáneas. Editorial Barcanova. España. 

 

  • THOMPSON, J. (1998). La globalización de la comunicación. En Los media y la modernidad. Una teoría de los medios de comunicación. Paidós, Bs. As.

 

  • VERON, E. (1987). El discurso político. Hachette. Buenos Aires.  

 

  • WOLF, M. (2004).  La investigación de la comunicación de masas. Críticas y Perspectivas. Paidós.

 

  • ZECCHETTO, V. (2006). La Danza de los Signos. Nociones de semiótica general. Ed La Crujia. Bs.As.

 

-      (1986). Comunicación y Actitud Crítica. Ed. Paulinas. Buenos Aires. 

 

Artículos

·         Sin Nombre de Autor (10 de noviembre de 2019). Hora 17:56. Evo Morales renunció a la presidencia de Bolivia. Recuperado de https://www.clarin.com/mundo/evo-morales-renuncio-presidencia-bolivia_0_W053nx3c.html

 

·         Paula Lugones (11 de Noviembre de 2019). Hora 16:51. Donald Trump celebró la renuncia de Evo Morales_ _Estamos un paso más cerca de la democracia. Recuperado de https://www.clarin.com/mundo/donald-trump-celebro-renuncia-evo-morales-paso-cerca-democracia-_0_zpla6x10.html

 

·         Daniel Vittar (11 de noviembre de 2019). Hora 19:06.  Crisis en Bolivia_ choques en La Paz entre seguidores de Evo Morales y opositores. Recuperado de https://www.clarin.com/mundo/crisis-bolivia-choques-paz-seguidores-evo-morales-opositores_0_-r1wJA8N.html

 

·         Daniel Vittar (11 de noviembre de 2019). Hora 20:59. Crisis en Bolivia_ Evo Morales se asila en México y el Congreso apura una salida al vacío de poder. Recuperado de https://www.clarin.com/mundo/crisis-bolivia-evo-morales-asila-mexico-congreso-apura-salida-vacio-poder_0_CL_w_EoJ.html

 

·         Sin Nombre de Autor (11 de Noviembre de 2019). Hora 22:44. Evo Morales reveló cómo pasó la noche tras su renuncia en Bolivia. Recuperado de https://www.clarin.com/mundo/evo-morales-revelo-paso-noche-renuncia-bolivia-recorde-tiempos-dirigente-_0_Ua0mG_VV.html     

 

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·         Sin Nombre de Autor (12 de Noviembre de 2019). Hora 19:18. Crisis en Bolivia_ así los aviones militares sobrevuelan a baja altura en La Paz, por las protestas violentas. Recuperado de https://www.clarin.com/mundo/crisis-bolivia-aviones-militares-sobrevuelan-baja-altura-paz-protestas-violentas_0_Cu4fTu9n.html

 

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·         Marcelo Cantelmi (13 de Noviembre de 2019). Hora 14:10. Crisis en Bolivia_ de la caída de Evo Morales a una competencia entre incendiarios. Recuperado de https://www.clarin.com/mundo/caida-evo-morales-competencia-incendiarios_0_-OevEgDQ.html

 

·         Sin Nombre de Autor (14 de Noviembre de 2019). Hora 11:50. El Gobierno interino de Bolivia le reclamará a México que Evo Morales deje de hablar _públicamente. Recuperado de https://www.clarin.com/mundo/gobierno-interino-bolivia-reclamara-mexico-evo-morales-deje-hablar-publicamente-_0_FORCDNsj.html

 

·         Sin Nombre de Autor (15 de Noviembre de 2019). Hora 20:11. Violencia en Bolivia_ varios muertos en una marcha de cocaleros en Cochabamba  https://www.clarin.com/mundo/bolivia-denuncian-muertos-represion-cochabamba_0_vgTdqXkj.html



[1] Seminario “Medios de omunicación y TICs en las dinámicas sociales de producciones y reproducciones de violencia(s). Abordaje interdisciplinario desde la Psicología y la Comunicación. Electiva a cargo de la Prof. Cristina Petit y la Prof. Ana Cilimbini.


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