FILOSOFÍA, EDUCACIÓN Y LIBERACIÓN con CARLOS A. CULLEN

Críticas de las razones de educar
La educación es una práctica social discursiva en donde hay conflicto de interpretaciones, lucha por la hegemonía, imposiciones ideológicas, construcción de subjetividad y de realidad social. Por lo que nos interesa su historicidad y discursividad social. Y por eso, es importante proponer una crítica a las razones de educar, presentes en las formas de vida y en las mismas prácticas educativas.

Entonces la educación no solo tiene que ver con la historicidad y con la discursividad, sino abiertamente con la normatividad, es decir con la ética y la política. Y entonces la mediación del conocimiento enseñado, entre desarrollo y socialización, es ella misma objeto de crítica. ¿Cómo se legitima el conocimiento que educa? La filosofía de la educación constituye un pensamiento crítico que cuestiona fundamentos y legitimaciones, desde el interior mismo del campo educativo.


Nuestro punto de partida es hoy y aquí. La condición de posibilidad para poder pensar es saber estar, meramente estar, para lo cual es necesario despojarnos, desconstituirnos de todo aquello que el “afán por el ser” nos exige y de todo aquello que el mero acontecer o “pasar” nos hace resignar. Se trata de saber estar con los nombres desnudos y con los sujetos defondados y, desde ahí crear el mundo.

Es injusto que la transmisión del saber y la producción de sujetos sociales del conocimiento no alcance a todos, y no alcance para que las necesarias relaciones entre desarrollo y socialización se pongan al servicio del bienestar de todos. Es hora de que las instituciones del saber expliciten esta injusticia epistémica para desplegar así la verdadera democracia cognitiva planetaria. Si el conocimiento es fuente de vida para quien lo posee, la democracia cognitiva tendrá la exigencia ético-política de democratizar el conocimiento, para que sus caudales vitales abracen el mundo entero.      

Extractos y reflexiones en base al libro “Críticas de las razones de educar: temas de la filosofía de la educación” de Carlos A. Cullen





Perfiles ético-políticos de la educación 



En momentos en que la educación corre el riesgo de convertirse en un fenómeno de mercado regido por el criterio de la competitividad o en una mera rutina, urge indagar en que sentido el concepto mismo de educación tiene una dimensión ético-política y de que manera esa dimensión incide en las prácticas educativas y en el quehacer de los docentes. 
A esa tarea se aboca este libro, examinando desde una perspectiva filosófica - que no excluye el diálogo con otras disciplinas como la historia, las ciencias del lenguaje, el psicoanálisis - aquellos aspectos que atañen al fundamento de la educación, la cuestión de la justicia en las políticas públicas, la intrínseca relación de la educación con los derechos humanos, la importancia de las categorías de ciudadanía, y de sujeto ético como responsabilidades educativas. 

En la medida en que la educación es una práctica histórica, social, formadora de sujetos, debe ser analizada a fondo en su doble aspecto de institución y mediación: es decir, tanto en lo que respecta al rol de la escuela y a la crisis que atraviesa en el marco incierto de la globalización, como en lo que concierne a su productividad como experiencia intersubjetiva fundante. Así, pensar la escuela desde un punto de vista ético-político supone construir instituciones públicas sólidas, no represoras, sustentadas por genuinas prácticas sociales y subjetivantes, y supone además concebir esa construcción no solo como esperanza en un futuro promisorio sino también como una responsabilidad impostergable.       




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