EL NEOLIBERALISMO COMO PRÁCTICA DE DE-SUBJETIVACIÓN - JORGE ALEMÁN
2019 es el año del Gran Examen
Entrevista a Jorge Alemán - Radio del Plata 10/01/19
Hace unos años Argentina se indagaba a sí misma.
Fue un periodo afortunado en nuestro país en donde se volvió a pensar. Basta
con revisar la bibliografía de aquel tiempo y ver cómo fueron vueltos a editar
textos, revistas y trabajos que la dictadura había eliminado. Ahora claramente
estamos en una nueva situación que tiene como uno de sus rasgos fundamentales
destruir los legados. Se apunta a un sujeto desimbolizado, desmemoriado, sin
historia, que no pueda verdaderamente discriminar nada. De hecho ya hay muchísimas personas que ya dan cuenta del enorme malestar que sienten y sin embargo son
incapaces de establecer una opción, de relacionarse activamente con una
elección.
Ahora se va acentuar el carácter ético de la
elección que viene, ahora ya no existen velos, ahora viene el momento del gran
examen. El 2019 es un gran examen, en donde aparecen varias incógnitas a su
alrededor. Donde he notado que existe un
gran bloqueo, porque existen muchas personas que están padeciendo mucho, y que
sin embargo están intervenidas o bien por un odio o bien por un antiperonismo
histórico, o bien por una desafección novedosa hacia lo político que se
extiende planetariamente.
Esta desafección es el resultado inmediato de
las lógicas neoliberales, es decir, arrasan con todos los sentidos de
pertenencia y de identidad. La vinculación con las cosas se vuelven muy
frágiles, los puntos de amarres que había se disuelven tanto en la propia vida
como en la vida colectiva. No hay brújulas. Y por lo tanto todo esto genera una
crisis de representación.
¿Pero cómo se puede interpelar a esa persona que
siente esta desafección hacia lo político? Es difícil saber a qué lugar dirigirse, porque no se le puede decir sos un idiota o sos un alienado. ¿Cómo se le habla
a ese odio o esa desafección? Es realmente una verdadera incógnita. Por eso
esta desafección hacia lo político es una novedad mundial. Un nuevo tipo de
distancia entre el ciudadano medio y los políticos. Por ejemplo hay un mantra en la Argentina
que reza que “todos son lo mismo” y muchos no son capaces de discriminar ni de distinguir
procesos históricos ni diferencias políticas. Yo digo que no fue “todo
igual siempre”, pero ese “todo igual siempre” es el efecto por ejemplo de una la
televisión que te dice que está pasando de todo y no está pasando nada. Se acorta así la distancia entre el que está representando y el que está representado. Ese
nexo no está funcionando.
¿Tenemos que
superar las tradicionales dicotomías entre izquierdas y derechas?
La izquierda no es una sustancia, es una
posición. No basta con decir “yo soy de izquierda” y definirse de manera
autorreferencial sin tener ninguna relación con la realidad. La izquierda no se
dice de sí misma, sino que se hace. Uno puede determinar que algo es de
izquierda por sus efectos, no porque uno se autoproclame de izquierda. Por
ejemplo en este país hay un sector que se autodenomina de izquierda. Ahora, en
los efectos en los que interviene y está implicado, a mi juicio, no es de
izquierda, porque la palabra de izquierda no puede ser una sustancia ni un
hecho trascendental, sino que es algo posicional. Y en una situación donde
tenemos Bolsonaro al lado, la ultraderecha extendiéndose en el mundo, decir que
“es lo mismo” el Kirchnerismo que el macrismo, para mí no es una posición de
izquierda. Ni siquiera por supuesto trotskista porque recordemos que Trotski se
enojó muchísimo con Diego de Rivera cuando no lo apoyó a Cardenas en México.
Neoliberalismo
como práctica de de-subjetivación
El neoliberalismo si
está entendido meramente como una corriente económica, como una variante o
subdivisión del liberalismo, queda corto. Porque el neoliberalismo es un nuevo tipo de racionalidad que tiene el
objetivo de producir un nuevo tipo de ser humano, a un nuevo sujeto. El
neoliberalismo es una de las grandes mutaciones históricas del capitalismo, que
tiene como verdadero objetivo construir un nuevo tipo de subjetividad, que
funcione de acuerdo a como se producen los flujos económicos y los intercambios
de mercancías. Por ejemplo, antes el malestar era el síntoma de que estaba
por ocurrir algo, pero ahora ese gran malestar social esta desconectado.
Podemos observar que hay un gran nivel de malestar pero no podemos decir con
seguridad que de ese gran malestar pueda surgir algo. Así que efectivamente constituye
un modelo de acumulación del capital que ha generado un nuevo tipo de
oligarquía financiera mundial, pero que no se reduce a lo meramente económico,
sino que también es un fenómeno de tipo cultural, intelectual y psíquico.
Que tiene cientos de resortes ideológicos, desde el auge de las metafísicas
individualistas de la autoayuda, de la resiliencias, la autoestima y de ser uno
mismo, hasta discursos que consisten en ver la precariedad en una gran oportunidad, de aprovechar la
miseria y la humillación para forjar un carácter fuerte y competitivo, de tomar
los despidos sufridos como una oportunidad para reinventarse, en fin, existe toda
una serie de recursos que el sistema utiliza para coaptar permanentemente
cualquier posibilidad de que el sujeto pueda dirigir la crítica hacia el
sistema, y de convencerle de que el problema (y por lo tanto la solución) reside
exclusivamente en el ego individual y no en la praxis de transformación social.
Ahora bien, hasta el propio neoliberalismo
necesita generar un cierto consenso, algo que le resulta sumamente difícil, ya
que el mismo es nihilista. Simplemente se basa en el odio a un “alter”
construido con el cual antagoniza sin nunca perfilar un programa propio. Se sustenta en el odio, en el rechazo, la ambivalencia
o en una mezcla de todo esto hacia todo lo que no se alinee a sus propios
intereses. Se funda en la pura negatividad ya que no atrae nada positivo
hacia su eje. Por eso no creo que nadie tenga en el futuro un afiche de Macri
en su casa.
Militancia
articuladora
La idea de sujeto histórico pertenece a la
tradición marxista, donde se pensaba que había un sujeto elegido por la
historia destinado a realizar la revolución. Hay que decir que eso no ocurre,
que no va a haber “un sujeto”. Hay cierta nostalgia de cierto marxismo de que ese
sujeto sea reconocible, identificable. Pero lo que en realidad existe son
procesos articuladores, donde se puede articular por ejemplo el feminismo con
las luchas sindicales, con los desempleados, y de golpe, se puede producir una
especie de cadena entre distintas partes que están excluidas y que constituyan
una posición de sujeto, pero que no puede ser jamás reducido ni a una unidad ni
a una totalidad. Porque la idea de sujeto como uno, como total, como construido
definitivamente, lamentablemente hay que abandonarla. Hay que pensar en articulaciones
contingentes. No existen leyes de la historia, conducidas por un sujeto
histórico destinado a llevar a cabo la revolución. Esto no va a ocurrir, no hay
linealidad. Es por eso que el nuevo tipo
de militancia consiste fundamentalmente en la articulación.
Entrevista a Jorge Alemán - Radio del Plata 10/01/19
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