"MALDITO EL SOLDADO QUE VUELVA LAS ARMAS CONTRA SU PUEBLO"
Se
vuelven a despertar los fantasmas de aquellas épocas oscuras de nuestra
historia argentina. El macrismo se despliega como un régimen dictatorial sin
escrúpulo alguno. Su accionar está destruyendo nuestra economía y acelerando
los procesos de conflictividad social. La desigualdad social se ha profundizado
y la indigencia, que es un eufemismo del hambre, vuelve a ser una problemática
en aumento.
Hay
que hablar sin rodeos, el gobierno se muestra dialoguista a nivel del discurso
pero actúa como un régimen conservador en el nivel de la empiria. Esa distancia
abismal entre las palabras y los actos, entre el discurso y la acción es por
ahora encubierta por el trabajo de los medios de comunicación hegemónicos, que
hasta ahora han intentado contener el desborde social mediante la mentira y la
tergiversación de los acontecimientos sociales y políticos de nuestro país. Pero
es cuestión de tiempo para que esos artilugios pierdan efectividad ante una
realidad cada vez más contundente.
La
represión se vuelve más encarnizada, cuyo aumento es proporcional al aumento de
la indignación social. En ese sentido, nos acercamos a un punto peligroso, en
donde ni las propias fuerzas de seguridad serán capaces de detener la furia de
un pueblo golpeado y ninguneado por un gobierno nefasto. Hasta ahora el
macrismo parece contar con el apoyo de una porción de la sociedad que tiene un
claro matiz neo-fascista conservador. Son las mismas personas que defienden la
muerte de los oprimidos y admiran a los líderes de la dictadura y de la represión.
La diferencia es muy clara, como ya expresó una compañera, ellos festejan por
cada asesinato por la espalda, nosotros celebramos por cada nieto y nieta
encontrada.
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